jueves, 13 de septiembre de 2012

¿Culpable o Inocente? Capitulo 9

- Doctor usted me dijo que podía volver a trabajar, no al mismo ritmo que antes, pero poco a poco volver a iniciar mis viajes.

Estaba sentada en la consulta del medico, había seguido sus instrucciones al pie de la letra y no entendía lo que estaba pasando.

- Se lo que te dije - contesto - Pero por estos análisis veo que la cosa ha empeorado - la miro a los ojos, era una chica muy valiente - La infección se ha vuelto a extender por todo el cuerpo y estas peor que la primera vez que la detectamos.


Cat miro al doctor sin salir de su asombro.

- ¿Que me quiere decir? - pregunto preparándose para lo peor.

- Bueno boy a serte sincero. La sangre esta
relativamente normal, el tratamiento ha funcionado y ha expulsado el virus. Pero en cambio lo ha trasladado a los huesos - espero a que asimilara lo que acababa de decirla - Tus huesos están muy afectados y de aquí a unos días, tal vez una semana, necesitaras una silla de ruedas, ya que no aguantaran tu peso.

Cat empezaba a entender lo que trataba de decirla el doctor.

- ¿Que solución ahí? - pregunto angustiada.

- No puedo prometerte nada. Te pondré un tratamiento especial y con la terapia y gimnasia apropiada podrían devolverte la fortaleza necesaria para andar. Pero no quiero engañarte esto llevara bastante tiempo y no será nada agradable.

Cat recordaba estas palabras que volvieron hacer girar su vida 180 grados, sentada en la terraza de Ruidera.

Esa vez si que habían conseguido que huyera a las Lagunas de Ruidera, refugiándose en la casa de la
familia, al principio marcho sola pero al volver su madre del viaje de novios, ella y Teo se trasladaron con ella, no le agrado demasiado al principio pero más tarde se lo agradeció. No sabia si hubiera tenido fuerzas suficientes para soportar lo que estaba pasando.

Aun ahora no podía asegurar de haber actuado correctamente ante su embarazo, los recuerdos asaltaron su mente como si estuviera sucediendo en ese momento.

Fue un mes después de quedarse invalida, fue al hospital para que le hicieran un reconocimiento para saber como avanzaban sus huesos, recordaba haberse puesto muy contenta ante las alabanzas del doctor por su mejoría.

- Pronto te recuperaras en un par de meses ya podrás levantarte - la había dicho el doctor - sino fuera por la complicación de que estas embarazada.

Después de haber oído estas palabras cayo en la oscuridad absoluta y cuando despertó estaba tendida en el diván de la consulta, el medico la miraba
preocupado.

- Cat, ¿Te encuentras bien? - la examinaba el pulso.

- Doctor, - le asió de la solapa de la bata - estoy embarazada. ¿Que puedo hacer?...

Por su boca salieron un montón de preguntas que necesitaban respuestas, la informo que dado su estado era muy peligroso seguir adelante con el embarazo, tanto el niño como ella sufrirían las consecuencias y hasta podrían perder la vida.

La dio una semana para que lo pensase, pero no hizo falta que se decidiera la propia naturaleza una noche deshizo el embarazo provocándole un aborto.

Lo que más la dolía era que tuvo tiempo de decírselo a Jean, su madre insistió en que se lo dijera a pesar de que ya no existía, él debía conocerlo, defendía en cada oportunidad. Pero no lo hizo.

Ella estaba allí para recuperarse y acompañada por el medico y la enfermera que la atendían lo estaban consiguiendo. Luchaba por volver andar cada día, porque tenia un sueño, el sueño de volver ha estar con Jean si la seguía necesitando. Eso era lo que la impulsaba a seguir hacia delante, a no rendirse ante las adversidades.

Ahora allí sentada el día de su cumpleaños tuvo la certeza de que el camino que estaba recorriendo llegaba a su fin.

Sus pensamientos fueron interrumpidos ante la llamada de su madre.

- Estoy en la terraza, mama - la indico.

- Ah, me alegro de que estés aquí, - dijo llegando hasta ella y acomodándose en una silla - Quiero hablar contigo sobre tu cumpleaños.

- Tu dirás - dijo sin demasiado interés.

- Ya que te has negado rotundamente ha ver a nadie de tus amigos desde que estas aquí, - la regaño con
austeridad - no he contado contigo y hemos preparado una fiesta para esta tarde, casi todos los invitados llegaran a la hora de la comida y se quedaran el fin de semana.

- ¿Quienes van a venir mama? - pregunto alarmada.

- Marina, Sean, los niños y Jean - respondió tajante.

Cat al oír el nombre de Jean tembló visiblemente, como podía su madre hacerla algo así sabiendo lo que pensaba del asunto de verlo.

- Mama no pienso aparecer por aquí en todo el fin de semana ¡me estas oyendo! - levanto la voz al ver a su madre encaminándose hacia la puerta.

- Claro que aparecerás - aseguro - Y si no lo haces, tu y yo vamos a tener algunas palabras - amenazo antes de desaparecer por las puertas corredizas.

Cat golpeo la barandilla furiosa, como se atrevía su madre hacerla algo así, como podría enfrentarse a Jean después de casi un año sin hablarle.
Seguía en el jardín cuando llegaron los invitados, fueron a saludarla antes de ir a sus habitaciones. Los niños al verla corrieron a abrazarla.

- Cat, feliz cumpleaños - carearon los dos al unísono.

- Feliz cumpleaños, Cat - era el turno de Sean y mientras retiraba los niños la beso en las mejillas.

- Abuson, - regaño Marina a su marido - Feliz cumpleaños, Cat - y la beso - ¿Como te encuentras?.

- Bien gracias, - no podía hablar estaba apunto de llorar por la emoción de verlos, no sabia que los hubiera extrañado tanto.

- Feliz cumpleaños - trono la voz de Jean en la terraza.

Marina cojio a los niños y empujando a su esposo se dirigieron hacia el interior de la casa.

Cat, levanto la vista hacia esos ojos que la observaban en silencio. Parecía cansado hasta tenia
algunas canas en los laterales, pero su corazón latió ante su presencia.

- Hola, - logro articular.

Jean la miraba de arriba abajo, hay sentada era una tortura verla,

- será mejor que vaya a mi cuarto a asearme antes de la cena - dijo al cabo de un rato.

Cat vio como se marchaba, no sabia que pensar, ante su aptitud de ese encuentro, cuando su madre la informo de la inmediata llegada de sus invitados, lo que más temió fue el encuentro con Jean, había supuesto de todo, pero no se le paso por la cabeza la indiferencia y la falta de interés que había visto en sus ojos la desconcertaba enormemente, no sabia que esperar.

Sus sentimientos estaban confusos, ella dentro de su corazón había albergado la esperanza de que todo volviera ha ser igual cuando estuviera repuesta de su enfermedad, que poco costaba soñar y lo que la había
ayudado hasta el momento ese simple sueño a recuperarse.

En ese momento su madre interrumpió sus pensamientos, recortándola:

- Será mejor que entres a cambiarte - comento preocupada ante su mirada perdida en el horizonte - la comida estará lista en cinco minutos.

Cat, giro la silla con sus manos y se marcho por las puertas corredizas, Marta vio como se adentraba en la casa y su mirada se torno preocupada, esperaba que ese contacto con sus amigos , pero sobre todo con Jean la hicieran ver lo que era el mundo exterior y se esforzarse por recobrar la salud antes. Esperaba que quisiera relacionarse otra vez con las personas, a parte de ella y Teo no había permitido que nadie se acercase a ella y eso la tenía muy preocupada.

Teo llego en ese momento a su lado, y cogiéndola de la cintura la atrajo hacia él.

- Todo saldrá bien - dijo consolándola - ya veras como
todo se soluciona.

Marta agradeció al cielo el a ver puesto a ese hombre en su vida sino hubiera sido por él no sabia como podía haber soportado la situación.

- Gracias, cariño - dijo recostándose en su amplio pecho - gracias por estar aquí a mi lado.

- De nada - contesto azorado ante las palabras de agradecimiento de su esposa - pero si no vamos pronto a la cocina a ver el delicioso guiso que estas haciendo, creo que tendremos que comer otra cosa.

Marta se encamino riendo tras él hacia la cocina, solo faltaba que se estropeara la comida.

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