jueves, 13 de septiembre de 2012

¿Culpable o Inocente? Capitulo 7

Ya estaban todos sentados en el avión, cuando se dio cuenta que Jean y Robert no habían aparecido. ¿Qué había pasado?. Esperaba no haber sido demasiado impulsiva.

No creía poderse enfrentar a eso sola. En ese momento entro Laura en la pequeña cocina que utilizaban cuando necesitaban estar solas un rato.

- Cat, que sorpresa - exclamó al verla con afecto.

- Hola, Laura - saludo a su vez - ¿como te van las cosas?.

- Bien, no me puedo quejar - comento con un tono irónico- ¿Y a ti?, vi a Cristina en tu ruta y me comento que estabas enferma.



- Si, he estado algo pachucha.- intento darle un tono alegre a su voz - pero ya me han dado el alta, si me tomo las cosas con calma terminaré totalmente recuperada.

- Me alegro - observó Laura.

- Bueno, parece que va a ser un viaje entretenido -comento- si me disculpas, creo que ya me he tomado demasiado tiempo libre .- y salió del compartimento.

No volvieron a verse hasta llegar al hotel, Javier llego tarde a recogerlos y se habían retrasado un par de horas según el planing.

Al entrar al hotel lo vio, estaban con laura, Cat se quedo parada en la entrada mirándoles, no entendía nada, ¿que estaban haciendo allí?, se suponía que hacían el viaje con ella. ¿Qué tenía que ver Laura en aquel embrollo?. Bruscamente sus pensamientos fueron interrumpidos por una pareja de señores mayores que la pedían permiso para entrar.

Cat se dirigió con paso rápido hacia la recepción para solicitar las habitaciones y empezó a repartirlas.

Jean, se quedo blanco al ver a Cat en el umbral, ¿qué estaba haciendo allí?, la había dejado claro que no hiciera ese viaje. Era demasiado peligroso. Robert
le dio un codazo cuando por la otra puerta entro un
joven porteando una maleta con el emblema de la agencia y se dirigía a los ascensores.

Robert se disculpo ante sus compañeros de viaje pretextando estar cansado y se dirigió a los ascensores, subió en el mismo que Javier, este salió en la planta cuarta, mientras que Robert subió a la quinta y bajo por las escaleras, llego a tiempo de verle entrar en una de las habitaciones, tardo más de media hora en salir, aun llevaba la maleta, cogió el ascensor, mientras el esperaba el suyo, salió de la habitación otro hombre con su maletín de viaje en la mano. Al llegar el ascensor entro con él y se dirigió al vestíbulo mientras Javier se había quedado en la primera planta.

Robert comprendió que de momento no podía hacer otra cosa que la contraseña a la policía local para que siguieran al sospechoso individuo.

Después volvió sobre sus pasos para dirigirse a su habitación que compartía con Jean, echando un vistazo por la recepción percatándose de que Cat seguía enfrascada en su tarea.

Robert entro en la habitación para encontrarse a Jean tumbado en la cama con cara de pocos amigos.

- Bueno, cuéntame como te ha ido - fue derecho al grano.

Robert en pocas palabras le puso al corriente de lo que había visto y dejo caer donde estaba Cat.

Jean, escucho en silencio todo lo que Robert le dijo, no podía decirse que tuviera los cinco sentidos puestos en sus palabras, pensaba en Cat y en su cabezonería. Al oír su nombre se sobresalto, tendría que ir a verla. Se levanto de la cama y abandono la habitación, dejando a Robert con la palabra en la boca.

Se dirigió a la recepción para preguntar por la habitación exacta y fue hacia ella. Toco la puerta y cuando la vio estaba envuelta en el albornoz del hotel, acababa de salir de la ducha.

- Hola - saludo sonriendo, se hecho a un lado para permitirle la entrada, estaba pensando cuanto tardaría en ir a buscarla.

- Hola - saludo entrando, fue a sentarse a la orilla de la cama.

Cat le estudio con la mirada, parecía estar muy enfadado con ella. Bueno ya no podría hacer nada ya estaban allí.

- Parece que no me has hecho caso - Jean, la ataco con voz dura como el granito - Maldita sea, ¿por que no te has quedado en Madrid?.

- Jean, quiero estar aquí. - contesto con calma, era importante que la entendiera - Este es mi problema y no me voy a quedar de brazos cruzados mientras tu te estas jugando la vida.

- Pero eso es distinto - exclamo.

- No, yo he sido quien te ha dado la información en este asunto y no pienso permanecer al margen de todo esto - suspiro resignada - soy yo quien va ha ir a la cárcel acusada de narcotrafico.

- No digas eso - exclamo Jean.

- Porque no, es cierto y más después de este viaje - y le contó su conversación con Simón cuando fue a aceptar el viaje.

- Estas loca - contesto - no sabes que eso puede ser utilizado en tu contra en un juicio. Acabas de admitir que estas de acuerdo con el trafico de drogas.

- No, no es así - se defendió - no hubiese venido si no hubieras estado aquí . ya más calmada continuo - la verdad es que me asuste cuando acople a los viajeros en el avión y ver que no estabais, me acobardo. Lo pensé durante un instante y decidí seguir adelante pasara lo que pasara. Nunca ha brillado en mi el sentido de la sensatez.

Cat, con estas palabras dio por terminada la conversación y se acerco a la cama, poniéndole las manos en los hombros lo recosto en esta y se tumbo encima para besarlo.

Jean la acoplo a su cuerpo y con sus manos temblorosas la desabrocho la bata. Y paseo la mirada por su cuerpo acariciándola con ella.

Tiempo después cuando yacían abrazados en la cama Jean se volvió a mirarla a los ojos y la dijo.

- ¿Qué voy hacer contigo?.

- Nada, creo que de momento lo llevas muy bien. - contesto entre sus brazos.

- estoy hablando en serio - dijo soltándola y sentándose de espaldas, se volvió a mirarla - tienes que prometerme que no te meterás en nada sin mi permiso y me mantendrás informado de todo lo que suceda. Prometemelo - exiguio.

- Te lo prometo - después con una sonrisa - ya que te tengo que informar, deberías saber que Laura y yo somos grandes amigas y cuando coincidimos en algún viaje solemos juntar los grupos.

Jean, salió de la habitación más tranquilo, le gustaba la idea de juntar los grupos, podría vigilar a Cat en todo momento, esperaba que nada raro sucediera.

- Cat, - llamo Javier a su puerta.

- Hola, Javier - abrió sonriendo - estaba a punto de bajar al comedor.

- Me lo imaginaba - sonrió y le ofreció su brazo para llevarla - ya ha llegado tu coche. Toma - y le tendió las llaves del Seat Panda que solía alquilar la agencia para ella.

- Gracias, Javier - dijo guardándolas en su bolso.

La cena fue un exito, todos aceptaron la unión de los grupos y paso tranquila la velada. Cuando se dieron cuenta eran las dos de la madrugada y se retiraron a sus habitaciones.

Jean y Robert la saludaron como a una conocida pero no dieron a entender nada de la situación que los unía.

Eran las seis de la mañana cuando Cat despertó
sobresaltada ante el estallido de los cristales y el estampido del exterior, pensó en una tormenta, pero no había truenos tan grandes ni con esa onda expansiva el sonido.

Poco a poco su pulso se fue normalizando y salió de la cama con cuidado de no pisar los cristales esparcidos por el suelo. Se puso una bata y salió a la terraza para mirar al exterior.

Jean despertó alarmado, lo que estaba temiendo acababa de ocurrir, alguien había atentado contra la vida de Cat. De un salto se levanto y fue a la terraza, Robert se reunió con él unos segundos después.

El espectáculo que se ofrecía a sus pies ponía los pelos de punta a cualquiera.

Lo primero que vieron sus ojos fueron llamas enormes que ascendían hacia las terrazas del edificio, logro vislumbrar su procedencia parecía como si un coche hubiera explotado, en ese momento se empezaron a oír las sirenas, mientras que las llamas se acercaban


peligrosamente al vestíbulo de tela de delante del hotel.

Jean giro en ese momento y bajo los escalones de tres en tres, cuan llego al cuarto de Cat no se detuvo en llamar sino que de una patada abrió la puerta, recorrió con la vista la habitación y sus ojos no la vieron, en el estómago sintió una sensación de vacío y empezó a temblar por el terror de que la hubiera pasado algo.

Alcanzo a ver un voleteo blanco en la terraza, de dos zancadas atravesó la habitación y cogiéndola de la cintura la apretó contra su cuerpo.

- Cat - susurro con voz ronca.

Sintió como se extremecia y su corazón dio un vuelco de felicidad sabiendo que estaba viva.

Cat, se apoyo en el cuerpo de Jean, fue como una isla en medio de un mar lleno de tiburones. Había reconocido el coche que estaba ardiendo en la calle y su cuerpo temblaba presa del pánico.

- Jean -susurro mucho después y de sus ojos brotaron dos solitarias lágrimas.

Jean la cogió entre sus brazos y la llevo a la habitación, su intención era depositarla en la cama pero al ver como esta de cristales desistió y la llevo a su propia habitación, agradeció en silencio que Robert hubiera desaparecido pues necesitaba estar a solas con ella.

Con sumo cuidado la deposito en la cama y se tumbo a su lado para abrazarla. Según la iba meciendo como a una niña, notaba como se relajaba entre sus brazos.

- Jean - dijo cuando recupero el habla - el coche que ha explotado era el mío.

Jean se tenso como un resorte ante sus palabras.

- ¿Tu coche? - respiro un par de veces antes de continuar - Tu coche esta en casa, en Madrid.

Vio como negaba con la cabeza sus palabras.

- ¿Que tratas de decirme? - pregunto alarmado ante lo que podían significar sus palabras.

- Cuan estoy aquí, la agencia me alquila un coche, para poder moverme por la ciudad si lo necesito, sin tener que depender de nadie. - contesto a su pregunta recobrando la tranquilidad.

En cambio Jean estaba cada vez más nervioso, no sabia nada de ese coche, por eso no estaba protegido.

- Cat, escúchame, ¿Cuantas sorpresas más ahí? - esta vez no pensaba dejar ningún cabo suelto.

Cat se volvió hacia él y mirándola a los ojos contesto.

- No hay nada más - se aferró a sus brazos - Tengo mucho miedo - y comenzó a temblar de nuevo.

- Es para tenerlo - aprobó con voz dura - esos tipos van a por tí y harán todo lo necesario para borrarte del mapa.

No le gustaba asustarla tanto pero era la única manera de mantenerla viva, una persona asustada recela de todo su alrededor y detecta el peligro antes de que suceda algo malo, por tanto, era muy importante que temiera a esos hombres que estaban ahí fuera acechandola, para que ante cualquier descuido, devorarla.

- Cat, quiero que cojas el siguiente vuelo a Madrid y vuelvas a casa.- dijo en un tono que no admitía replica.

Cat se incorporo y apoyando la cabeza entre las manos lo miro durante largo rato. Tal vez él tuviera razón, en Madrid estaba Tomas que la protegería. Allí bajo su vigilancia nada de eso sucedería. Pero ¿y él? ¿se iba a enfrentar a ellos? estaba segura de que su respuesta, si se lo preguntaba seria un si rotundo. Por tanto, solo le quedaba una salida.

- No, me quedo - respondió.

- Maldita mujer - sentía deseos de abofetearla para hacerla recobrar la razón.

- No tengo nada más que decir - aclaro - si tu te quedas. Me quedo.

Estaban apunto de discutirlo más a fondo cuando Robert entro en la habitación, al verlos en la cama se paro en seco confundido pero cuando noto la hostilidad en el ambiente se relajo.

- Bueno, parece que esta todo bajo control - observo como le miraban sorprendidos- ya se han llevado el vehículo y rastreado la zona para sacar huellas. Mañana tendremos un informe detallado de lo ocurrido. Por esta noche no podemos hacer más.

Y con estas palabras se metió en la cama contigua dispuesto a dormirse.

- Buenas noches.

Cat y Jean se miraron sin comprender demasiado, Jean fue el primero en reponerse.

- Iré a la recepción a solicitarte otra habitación, en la tuya no podrás estar de momento - y salío.


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