La semana paso rápido para Verónica, apenas si salio de casa concentrada en su nueva tarea de escritora, ya había conseguido perfilar la trama de su novela e incluso escribir los dos primeros capítulos.
Estaba muy orgullosa de si misma por haber avanzado tanto.
Aunque las visitas habían sido abundantes, desde la barbacoa del domingo, eso no la distrajo demasiado.
La primera en visitarla el lunes fue Mary Loghan para comprobar como se lo había pasado e invitarla el sábado por la noche a cenar en su casa, Verónica la contesto con evasivas sin querer comprometerse, pero Mary era una mujer con las ideas muy claras y no la dejo escabullirse tan fácilmente, al final Verónica tuvo que claudicar, prometiendo asistir a la cena.
El martes Linda llego con Bill para invitarla a su próxima boda, algo que dejo totalmente confundida a Verónica pues apenas los conocía. Así que cuando el Padre Marshall paso el miércoles a saludarla le comento su desconcierto.
- En una comunidad pequeña, como esta, es normal - le aseguro categóricamente - ya te acostumbraras.
Al único que no vio en esos días fue a Jake, a pesar de ser al único que ella esperaba cada vez que llamaban a su puerta, echaba de menos conversar con él y el recuerdo de su beso aun la hacia palpitar, quería preguntarle que significaba exactamente su actitud, no sabia donde estaba parada con él ahora mismo, si eran amigos, conocidos o algo más.
Deseaba de todo corazón que quisiera algo más con ella, quería descubrir hasta donde era capaz de llegar con él, si seria capaz de mantener una relación sentimental y llevarla hasta el final. Su corazón le decía que si con alguien lo conseguiría alguna vez, sin duda seria con Jake.
Pero sentía tanto miedo, su pasado y su desagradable experiencia se interponía entre todos los hombres que había conocido hasta el momento y nunca había podido pasar de un simple beso de despedida en la puerta, que la dejaba helada y desilusionada por no poder entregarles nada más, a pesar de que la gustaran tanto física como emocionalmente.
Con esos pensamientos sobre Jake y su relación, sus visitas y su concentración ante la novela que tenia entre manos, el tiempo paso volando.
Así que antes de que se diera cuenta era jueves y se preparaba para asistir al teatro con Matt, en realidad era una función de ballet “El lago de los cisnes” interpretado por una compañía pequeña, pero no por eso dejaba de interesarla, ella siempre pensaba que las mejores interpretaciones que había visto eran las que hacían personajes poco conocidos, que se esforzaban al máximo para transmitir su mensaje al publico.
Mientras que los artistas consagrados solo se dedicaban a interpretar, sin preocuparse de si llegaban a los demás o no, ellos ya no tenían nada que demostrar a nadie, ya eran famosos.
Liada en esos pensamientos se demoro más de la cuenta y aun no había terminado de secarse el pelo cuando el timbre de la puerta sonó a las ocho en punto.
Fue hacia la puerta a abrir, iba vestida con un bluson indio de seda adornado con grandes flores, tres tallas más grande que la suya y unos pantalones negros anchos estilo bombacho de seda natural.
Matt no pudo ocultar del todo la mirada de horror que le produjo verla así vestida, con sus grandes gafas de pasta negra y la cabeza envuelta en una toalla, aunque disimulo lo mejor posible y se las ingenio para besarla en la mejilla y poner la mejor de sus sonrisas.
- Estaré lista en dos minutos - anuncio Verónica volviéndose hacia el dormitorio.
Definitivamente no entendía a los hombres, si tanta repulsión le causaba verla, ¿Por qué la había invitado a salir?, sacudió la cabeza no queriendo pensar en ello, le gustaba el ballet y estaba segura que iba a disfrutar con la obra, así que se apresuro a recogerse el pelo en un moño y volver al salón cuanto antes.
Matt se había sentado en el sofá delante de la chimenea, se había puesto cómodo leyendo una revista de coches que había encontrado sobre la mesa, se sobresalto al oírla hablar a su lado.
- Lista, cuando quieras. - anuncio llegando a su lado, llevaba una fina chaqueta de lino colgada del hombro y un pequeño bolso de mano a juego con sus zapatos.
Matt se levanto del sofá dedicándola la mejor de sus sonrisas, apoyo la mano en su espalda guiándola hacia el coche.
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Jake había permanecido toda la semana alejado de Verónica, aunque la había estado observando desde la distancia.
Después del domingo y el beso de despedida que compartieron había decidido que era mejor permanecer alejado lo más posible de ella, por que tenia que reconocer lo mucho que le atraía y eso podía ser peligroso para ambos, ya que se había dado cuenta de que él tampoco le era indiferente.
Así que solo era cuestión de tiempo que pasaran a mayores y su relación dejara de ser simplemente por amistad, aunque en realidad no eran ni amigos, tuvo que reconocer a si mismo, eran simples conocidos, ni eso, ella era su misión y él su canguro, algo que no debía olvidar.
Por otra parte también había tenido que evitar a Cinthia todo el tiempo, era la primera vez desde que eran novios, que no le apetecía en absoluto estar con ella y Cinthia no parecía estar muy de acuerdo con su nueva forma de pensar e insistía todo el tiempo en provocarle para que volvieran a ser amantes el tiempo que estuviera en la ciudad.
Había intentado hablar con ella sobre el tema y dar por zanjado el asunto, pero la verdad es que no le convenía hacer eso en estos momentos, permaneciendo cerca de Cinthia podía tener más controlados a Matt y Robert, sin llamar tanto la atención sobre su interés en ellos.
Así que había decidido simplemente evitar sus insinuaciones y huir de cualquier encuentro a solas con ella. Habían coincidido en Chensy en alguna ocasión durante la semana, pero Jake siempre trato de que el resto de sus amigos los acompañaran.
Sacudió la cabeza al ver a Matt y Verónica abandonar la casa, la mano de Matt apoyada en su espalda le hizo apretar los dientes con rabia, iba a ser una noche muy larga, pensó para si mismo, y una de las peores vigilancias de su vida como agente del FBI, ver como la mujer que quieres para ti sale con otro de oscuras intenciones y no poder hacer nada por impedirlo, era ya suficientemente malo, pero si además tenias que observar cada uno de sus movimientos, se convertía en una pesadilla.
Dio un gran suspiro mientras encendía el coche dispuesto a seguirlos. Que dios le ayudara a superar esa noche, rogó en silencio.
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Verónica disfruto del ballet, tal y como esperaba la compañía no la decepciono, interpretando la obra a la perfección, lo que consiguió relajarla y disfrutar de la velada.
Matt se mostraba atento y cariñoso con ella, algo que la desconcertó en un primer momento, después de ver como la miro cuando le abrió la puerta de la casa, pero según avanzaba la noche dejo de darle importancia, la verdad era que su compañía le resultaba muy agradable.
Después del teatro fueron a cenar a un pequeño restaurante italiano a las afueras de Lincoln. Verónica se dio cuenta de que las mesas estaban muy separadas entre si y dispuestas solo para dos comensales, lo que les daba a la pareja, mientras que comía, cierta intimidad.
Matt sabia como preparar una velada romántica, no tenia ninguna duda al respecto, si ella hubiera sido una mujer normal y corriente, estaba segura de haber sucumbido a sus encantos.
Pero Verónica solo podía relajarse e intentar disfrutar al máximo de su compañía, ya que en el aspecto sentimental no le producía ningún efecto como hombre.
Eran más de las doce de la noche, cuando volvieron a Dawson, Matt fue directo a la casa de Verónica y se apeo del vehiculo para ayudar a su compañera.
Verónica dejo que la guiara hasta la puerta, saco las llaves de su bolso y se volvió para mirarle, antes de abrir.
- Ha sido una noche estupenda - le aseguro Verónica, reacia a invitarle a entrar al interior de su casa - me lo he pasado muy bien.
- Ya - la miro Matt con una sonrisa burlona reconociendo el gesto de no dejarle pasar, pero a la vez sintiéndose aliviado al ver que no esperaba que la velada se alargase en la intimidad de su hogar - tenemos que repetir.
Verónica sonrió en él con inocencia, indicándole que estaba de acuerdo, vio como daba un paso hacia ella y se inclinaba para besarla, le dejo hacer intentando devolverle el beso sin que se diera cuenta de que en realidad no sentía nada especial, en silencio dio gracias por el entrenamiento que había recibido como agente especial en ese terreno.
Matt se separo lentamente y la miro a los ojos, tenia que reconocer que aunque ella no le atraía en absoluto su beso había conseguido excitarle mas de lo que pensaba en un principio. Estaba seguro de que si cerraba los ojos a su aspecto disfrutaría de su relación.
- Hasta mañana - dijo alejándose hacia su coche, dando por terminada la velada, no podía forzarla a nada más sin que llegara a sospechar lo que se traía entre manos. No podía olvidar que era una mujer muy inteligente y estaba seguro que no seria fácil hacerla caer en su trampa, tendría que tener cuidado y jugar bien sus cartas si deseaba tener una posibilidad con ella.
Verónica se quedo allí de pie mirando como se alejaba calle abajo, antes de dar media vuelta y entrar en la casa.
No había resultado tan malo, pensó, quizás con un poco de tiempo podría llegar a gustarle, una sonrisa de satisfacción la acompaño mientras se metía en la cama.
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Jake soltó la respiración que no sabia que estaba manteniendo, desde que Matt aparco su vehiculo delante de la puerta de Verónica a las ocho de la tarde, hasta ese momento en que le vio desaparecer calle abajo, en dirección a la casa de Cinthia.
No había sido tan malo había conseguido sobrevivir a esa noche sin hacer ninguna tontería, se felicito a si mismo, aunque había habido momentos en que la frustración y la ira le dominaron, consiguió controlarlos.
Desde donde estaba se atrevía a asegurar que Verónica no parecía muy interesada en Matt, pero aun así los celos no desaparecieron con ello.
Matt, tenia que reconocer, había preparado una noche perfecta llena de romanticismo, derrochando todo su encanto y armas de seducción, cualquier mujer se habría sentido tentada a continuar en la intimidad lo que habían comenzado.
Gracias a dios, Verónica no era cualquier mujer, se dijo a si mismo, aparte del beso que acababa de presenciar ningún otro contacto había ocurrido en toda la noche.
Eso le dio la esperanza de que aun tenia una oportunidad con ella.
Y con este pensamiento, puso de nuevo el motor en marcha y se alejo rumbo a su casa.
miércoles, 23 de julio de 2008
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