Jake había estado observando a Matt y Verónica bajo los árboles, en más de una ocasión sintió la tentación de ir con cualquier excusa, pero se refreno, a pesar de estar junto a Cinthia, no estaba especialmente contento al ver como habían congeniado tan fácilmente esos dos, se dijo que se debía al hecho de que no confiaba en Matt y sus intenciones.
Por lo que había podido averiguar resultaba que Matt era primo de Cinthia y Robert un amigo suyo, ambos estaban de vacaciones y habían decidido pasar unos días en Dawson visitando a Cinthia.
Jake no se creyó para nada esa historia, lo que le hizo suponer que sus motivos verdaderos no eran cuidar precisamente de Verónica.
Jake reconocía perfectamente lo que Matt pretendía, enamorar a Verónica para que confiara en él, en su informe también decía que su punto débil era ese, algo que no le gusto para nada a Jake, ¿Qué pasaría si realmente Verónica se enamoraba de él?, apretó los puños con rabia ante los celos que le atormentaban al verlos juntos.
Durante el resto de la fiesta parecieron inseparables, charlando y bromeando entre los demás invitados, incluso con las primeras luces de la noche bailaron en la improvisada pista de baile al compás de la música, ese fue el momento más duro para Jake, tuvo que aferrarse fuertemente a Cinthia para no ir a interrumpirlos.
Sobre las diez de la noche, Jake se rindió y se acerco a ellos, estaban con el Padre Marshall y la Sra. Reig, sentados en una mesa disfrutando de unas bebidas. Matt le había pasado el brazo por el respaldo de la silla a Verónica y a esta parecía no importarle.
- Buenas noches - saludo situándose a un lado de Verónica, se acerco aun más a ella y se inclino para que sus ojos quedaran a la misma altura - se esta haciendo un poco tarde, ¿Cuándo quieras te llevo a casa?.
- Gracias, pero no es necesario que te molestes - le aseguro aun molesta por los celos que sentía por Cinthia - puedo irme con el Padre Marshall -continuo al ver que iba a protestar - acaba de comentar que no se quedara mucho más tiempo y no le importa que le acompañe.
- Mi madre se enfadara mucho conmigo si no cumplo con mis deberes como tu acompañante correctamente - le indico con una media sonrisa, inclinándose aun más solo para que ella pudiera escucharle.
- Como si te importara - susurro furiosa, antes de que pudiera contenerse.
Vio su mirada inquisitiva, le había sorprendido su mal humor y quería saber a que se debía exactamente, Verónica se ruborizo levemente ante su comentario y como había dejado entrever sus sentimientos.
- Bueno, ya que insistes vamonos - declaro poniéndose de pie y despidiéndose de los demás.
- Te recogeré el jueves a las ocho - Le susurro Matt en su oído.
Verónica inclino la cabeza dándole a entender que estaba de acuerdo con él.
- Tengo que despedirme de tu familia - le indico a Jake, caminando hacia Mary y Edgar que estaban algunas mesas más para allá.
Cinthia los seguía con la mirada furiosa mientras se despedían, no entendía porque Jake la había abandonado en mitad de la fiesta para marcharse con esa horrible mujer que evidentemente no tenia ningún sentido para la moda. Ella tenia pensado darle las llaves del coche a Matt para marcharse con Jake a seguir la fiesta en la intimidad de su alcoba, evidentemente no había contado con que Jake tuviera otros planes para pasar la noche.
Jake la siguió de cerca, preguntándose que había podido ofenderla tanto y que había querido decir exactamente Matt al despedirse de ella, se despidió de su familia al mismo tiempo que ella y una media hora después tomaban el coche camino a la casa de Verónica.
Jake agarraba con fuerza el volante mientras salían del Rancho, según cruzaron las puertas se volvió a mirarla.
- ¿El jueves a las ocho? - pregunto intentando ocultar lo que sentía, aunque sin mucho éxito.
- Si, Matt me ha invitado al teatro en Lincoln - se complació Verónica en admitir.
Quería que tomara un poco de su propia medicina, aunque tenia claro que a él le daría igual con quien saliera o dejara de salir, ¿Por qué iba a importarle?. Para distraerse abrió su bolso y se puso a recopilar las tarjetas que la habían dado.
Jake apretó aun más las manos en el volante, al sentir los celos que le carcomían por dentro al escucharla, no quería que saliera con Matt, sino con él, él podría llevarla al teatro o a donde quisiera, resoplo maldiciendo en silencio por tener que mantenerse al margen y no poder expresar lo que sentía, la miro de reojo.
- ¿Qué es todo eso? - pregunto divertido al ver como sacaba tarjetas de su bolso y las colocaba cuidadosamente en su mano.
Verónica levanto la mirada y le sonrió divertida.
- Todo el mundo cree que necesito un guardarropas nuevo - hizo una mueca y le enseño las tarjetas - son de boutiques, peluquerías, cosas así. - las ato con una goma y volvió a dejarlas en el bolso.
- ¿Y las guardas? - observo Jake, como las colocaba dentro del bolso, con sumo cuidado.
- En realidad las colecciono - observo mirándolo para ver su reacción, Jake levanto una ceja inquisitivo - nunca se sabe cuando vas a necesitar una buena boutique - sonrió picaramente guiñándole un ojo - las tengo de todo el país.
Jake rió abiertamente ante su comentario, podía imaginárselo fácilmente, una gran caja de tarjetas, donde poder cambiar su aspecto, por la cantidad que le habían dado hoy su colección debía de ser bastante grande.
- ¿Crees que debería cambiar mi forma de vestir? - le pregunto Verónica de repente, tratando de ver su expresión en la oscuridad.
Jake estuvo apunto de atragantarse ante su pregunta. Se encogió de hombros y la miro de soslayo.
- Si tu te sientes bien así - empezó no sabiendo muy bien que decir exactamente - yo no tengo ningún problema.
Verónica rió abiertamente al verle tan apurado, pero satisfecha con su respuesta, pocas personas la habían permitido ser como ella quisiera sin intentar cambiarla.
- La verdad es que me siento cómoda conmigo misma - aseguro mirando algún punto delante de la carretera - por eso no estoy interesada en cambiar.
De repente una sonrisa maliciosa ilumino su cara y sin pensarlo dos veces miro a Jake y le dijo.
- ¿Con que ropa de mi talla te gustaría verme?.
- Un picardías - respondió Jake inmediatamente después de su pregunta, madre mía ahora si que la había armado, Jake espero su reacción de enfado pero al ver que no decía nada la miro tímidamente.
Verónica se había sorprendido gratamente por su respuesta, un picardías, no estaba mal, pensó para si misma, al menos en su subconsciente parecía que Jake quería algo más que ser su acompañante ocasional, con ella y su aspecto actual no le impedía imaginársela de otra manera.
- ¿Color? - pregunto entre melodiosa y divertida, quería saber hasta donde llegaba su imaginación.
Esta vez Jake pensó en su pregunta antes de responder, que otra cosa podía hacer que seguirla el juego, si estaban en esa situación solo era por su culpa, pero la verdad es que estaba disfrutando, así que sonrió y dijo.
- Rojo.
- Uhh … rojo pasión - Verónica se tomo su tiempo antes de continuar - con puntillas negras y totalmente transparente - termino de describir el cuadro - tengo uno en mi coqueta que cumple todos los requisitos, quizás algún día te lo enseñe - le miro picaramente - hasta puede que me lo ponga para ti.
Jake se atraganto con su propia saliva y empezó a toser con sus ultimas palabras, el cuadro mental era imponente y sintió que su entrepierna ardía solo con imaginárselo, madre dios, pensó, si lograba ponerlo así solo con un poco de coqueteo inocente, no quería ni imaginarse como se alteraría si la tocaba.
- Estaría encantado de contemplarlo - aseguro con voz ronca, cuando recupero el habla.
Verónica sintió como se ruborizaba hasta la raíz del pelo al sentir como se excitaba ella misma con el sonido ronco de su voz, dio gracias a la oscuridad que la ocultaba su vergüenza.
No podía creerlo habían estado coqueteando todo el camino de regreso como si fueran viejos amantes y lo más sorprendente es que había disfrutado con ello. Algo que nunca le había sucedido, pero la verdad es que con Jake sus hormonas se revolucionaban al máximo, disfrutaba de su compañía y la atraía emocionalmente.
Jake seguía tratando de calmarse cuando aparcaron delante de su casa, se apeo del coche y fue abrirla la puerta, como el día anterior la beso al despedirse aunque no fue un beso tan inocente como la noche anterior, dejando en el aire la promesa de mucho más, antes de volver a su coche y regresar a su propia casa.
Había pensado pasar la noche con Cinthia, pero la verdad es que no le apetecía nada meterse con ella en la cama, cuando lo único en lo que podía pensar era en Verónica con un picardías, rojo con encajes negros y transparente.
Sus ojos brillaron por la pasión, tendría que darse una buena ducha fría si quería dormir esa noche, dijo cruzando la puerta de su dormitorio camino al cuarto de baño.
martes, 22 de julio de 2008
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