lunes, 21 de julio de 2008

Dawson, capitulo 3

Jake detenía su coche delante de la casa de Verónica a las doce menos cinco, la verdad es que había estado deseando que llegara ese momento desde que se separaron la tarde anterior.

Había disfrutado de su compañía y se había divertido, aun no tenia muy claro el porque la beso al despedirse, tal vez porque había notado su mirada en sus labios y su deseo de besarlo, sin pensarlo dos veces siguió su propio impulso y la beso.



Algo que no debía volver a repetirse, era su protegida lo que significaba que no podía liarse con ella bajo ningún concepto o su seguridad podría verse comprometida por su falta de objetividad, algo que no estaba dispuesto a arriesgar, esa mujer le importaba y estaba dispuesto hacer lo que fuera necesario para mantenerla a salvo.

Antes de que pudiera abandonar el coche e ir a llamar a su puerta, vio como salía y se dirigía hacia él, salio del coche para recibirla.

- Buenos días - la saludo cordialmente.

- Buenos días - le contesto Verónica deteniéndose delante de él - hace un día estupendo - dijo mirando el cielo azulado sin rastro de nubes.

- Si, parece que el tiempo nos permitirá disfrutar al máximo del aire libre - confirmo Jake mientras daba la vuelta al vehiculo para abrirle la puerta del copiloto, su aroma le embargo cuando paso a su lado para acomodarse dentro del coche. Suspiro y cerro la puerta tras ella y paso a ponerse ante el volante.

- Bonito coche - observo Verónica mirando a su alrededor - el contraste de colores es único.

El Mustang era azul vivo por fuera y rojo chillón por dentro, con los asientos tapizados en beige y rojo, sonrió divertida por la combinación.

- La verdad es que si, a quedado un poco dispar el conjunto - observo divertido Jake al ver su desconcierto - el coche era de color rojo, pero no me gustaba el color y lo pinte en azul - explico - estoy intentando encontrar las piezas de algún otro mustang más acordes con el color exterior, pero es un poco difícil, casi nunca tengo tiempo para dedicarme a localizarlas, - la sonrió divertido - pero ya me he acostumbrado al contraste y sin él, la verdad, no seria mi coche. - indico paradójicamente.

- Lo entiendo, la verdad es que cuando llevas un rato mirándolo te acostumbras y puede llegar a gustarte y todo - observo dejando escapar una pequeña risa entre sus labios.

Jake se volvió para mirarla al oírla reír, sus ojos se iluminaban de una manera muy especial cuando reía, una sensación extraña le invadió al contemplarla tan feliz como una niña pequeña.

Verónica noto como Jake la miraba y sintió un escalofrió recorrerle la espina dorsal, no tenia sentido seguir negándolo, ese hombre conseguía que se le acelerara el corazón con solo mirarla, hacia mucho tiempo que buscaba a alguien así, capaz de despertar algún sentimiento en ella y cuando ya se había rendido a no encontrarlo nunca, Jake Loghan entra en su vida y la pone del revés, demostrándola que es una mujer como las demás, al menos en su compañía, así que había decidido tomar lo que le ofreciera sin cuestionarlo y disfrutar todo lo que pudiera.

Bajo la mirada a sus manos, al notar que se ruborizaba por su escrutinio y volvió a pensar en su aspecto, esa mañana había estado tentada a ponerse algo más de su talla, que se ajustase a su figura, para llamar su atención, pero no encontró nada en su guardarropas, se alegraba de ello, había estado tentada a abandonar sus hábitos de nueve años solo por que un hombre la hacia suspirar y desear que la besara. Definitivamente se estaba volviendo loca.

Así pasaron los quince minutos escasos que los separaban del Rancho Loghan, estaban tan perdidos en sus pensamientos que Jake tuvo que frenar bruscamente al llegar, antes de aparcar en el porche de la casa.

Había conducido en piloto automático por el solitario camino todo el tiempo, la mujer sentada a su lado había ocupado todos sus pensamientos y necesito de todo su poder de concentración para no parar el coche en el arcén y comérsela a besos, no entendía que le estaba pasando y estaba furioso consigo mismo por desear a la única mujer que no podía tener bajo ninguna circunstancia, al menos mientras durara su misión, se consoló a si mismo, después era libre de hacer lo que quisiera con ella.

- Perdón - se disculpo por el frenazo - ¿estas bien?.

- Creo que si, al menos no me he roto el cuello - declaro con una sonrisa burlona sobre la cara mientras se volvía a mirarlo.

- Seguro - le devolvió la sonrisa, al mismo tiempo que se apeaba del coche.

Mary salio de la casa al escuchar el chirriar de los frenos y frunció el ceño al ver a su hijo apearse del coche e ir en su dirección con una falsa mueca de disculpa sobre la cara, cuando llego a su lado la abrazo y la beso en la cabeza a modo de disculpa.

Mary le miro enfadada antes de volverse hacia Verónica que lo seguía de cerca, esa muchacha necesitaba una renovación de armario como el comer, pensó observando su desgarbado atuendo.

- Buenos días - la saludo con cariño cuando llego a su lado.

Jake frunció el ceño ante el saludo de su madre, o mucho se equivocaba o acababa de obtener una nueva hermana adoptiva, suspiro cansadamente, su madre nunca cambiaria, sentía predilección por los desvalidos y la verdad es que Verónica reunía todas las condiciones para que su madre la tomara bajo su ala protectora.

- Buenos días, Sra. Loghan - saludo cortésmente.

- Mary, por favor, nadie me llama así realmente, me hace parecer una anciana - le confeso bajando la voz confidencialmente.

- Ven dentro, quiero presentarte a mi familia antes de que esto se llene de gente - dijo tomándola del brazo para guiarla - Jake ve ha ayudar con las mesas - le indico dejándole bien claro que no querían su compañía.

Jake reconoció la estratagema de su madre y se encogió de hombros, girando sobre sus talones fue hacia donde estaban los demás hombres abriendo las mesas y las sillas para los invitados que no tardarían en llegar.

=====================================

Verónica fue conducida hacia una gran cocina donde Linda, la hermana de Jake estaba atareada preparando las ensaladas que servirían más tarde, y otra joven que resulto ser Carla la esposa del mejor amigo de Jake, Marcus Stonley, pelaba las patatas que asarían más tarde, antes de que se diera cuenta, ella misma estaba preparando las bandejas de carne para la parrilla.

Poco después Merry se reunió con ellas, era la esposa del hermano menor de Jake, Jasón, entro disculpándose por la tardanza al parecer una de las vacas de su vecino había decidido dar a luz un ternero, justo cuando salían, lo que obligo a Jasón a atenderlo, por lo que Verónica se imagino seria el veterinario del pueblo.

Todas las mujeres allí reunidas parecían disfrutar de una gran amistad y Verónica disfruto en su compañía. Poco a poco se fue relajando y su buen humor se hizo patente.

Cuando las ensaladas estuvieron listas Mary la pidió que la acompañara al exterior para colocarlas en la mesa, Verónica fue tras ella, al acercarse pudo ver a Jake en el otro extremo trabajando en la colocación de las mesas con varios hombres más, sintió como se le aceleraba el corazón al verle guiñarle un ojo con complicidad desde su posición.

Después de colocar las ensaladas Mary la llevo a donde los hombres trabajaban y la presento a Edgar, su marido, Jasón el hermano menor de Jake y Marcus un amigo de la familia. Justo cuando se marchaban de nuevo a la casa a por más bandejas llegaba Bill el prometido de Linda.

Por lo que Verónica supuso ya debía de conocer a toda la familia Loghan y cuando las mujeres se reunieron con ellos, los miro en conjunto, parecían tan unidos que sintió envidia por la felicidad que les acompañaba.

- ¿Hija única? - pregunto Jake cuando llego a su lado, se habia dado cuenta de cómo los contemplaba.

Verónica dio un respingo al oírle hablar a su lado, estaba tan ensimismada que no se había percatado de que se acercaba, se volvió para mirarle sonriéndole tímidamente.

- Si y huérfana desde los diez años - las palabras salieron de su boca antes de que pudiera retenerlas, bajo la mirada para ocultarle el dolor que esto le producía a pesar de los años - pero tengo muchos amigos. - consiguió decir para mitigar un poco la lastima que vio en sus ojos - Mi abuela y el Padre Marshall me criaron hasta que me fui a la academia militar después del instituto. - añadió, camino hacia los demás dando por terminada la conversación.

Jake se quedo allí, mirando como se alejaba de él, sus palabras aun le escocían en el corazón, había estado apunto de abrazarla fuertemente y asegurarle que no estaba sola, hasta borrar el dolor que había visto en sus ojos antes de que volviera a ocultarlo, a duras penas se había contenido, ahora comprendía el cariño con que el párroco la había recibido y su afán de presentarla a toda la comunidad.

No tenia sentido seguir negándolo, Verónica le intrigaba y parecía tan frágil dentro de su aspecto fuerte que solo deseaba tenerla entre sus brazos, necesitaba una distracción para alejarse de esa mujer, al menos de momento, como si de una suplica se tratase un coche deteniéndose en el camino llamo su atención, se volvió para ver a Cinthia bajar del coche, tan hermosa como siempre, sonrió para ella, su distracción había llegado.

Pero Cinthia no venia sola, los dos hombres que habían seguido a Verónica desde Dallas venían con ella, lo que le hizo ponerse alerta y al mismo tiempo trazar un plan para hacer un primer contacto con ellos y ver que podía descubrir y porque estaban con Cinthia.

Verónica vio como Jake le daba la bienvenida a la hermosa rubia que acababa de llegar, parecían más que amigos, por el lenguaje de sus cuerpos juraría que eran amantes.

La sonrisa se borro de su cara al comprender que Jake no era diferente a los demás hombres, le atraían las mujeres hermosas, una punzada de celos se alojo en su pecho, ¿Qué esperaba? ¿Qué se fijase en un adefesio como ella? ¿Qué podía atraer a un hombre como él solo por su personalidad?, que estupida, pero no podía culparlo, si alguien era culpable era ella por haberse forjado una imagen de cómo ella quisiera que fuera en lugar de ver como era en realidad, se dio cuenta que Jake la miraba interrogante mientras se acercaba con la rubia abrazada por la cintura y se obligo a controlarse y sonreír como si nada ocurriera.

Antes de que se diera cuenta la parte delantera del Rancho Loghan estaba llena de vehículos de los invitados, le dolía la cabeza de todas las personas que la habían presentado, pensaba que ya conocía a todo el pueblo, se retiro discretamente hacia unos árboles y se sentó en el suelo a admirar el paisaje.

Jake no se había separado de la rubia desde que llego, permaneciendo cerca de ella y abrazándola o tocándola a la mínima oportunidad, ella parecía muy complacida por las atenciones de Jake y colaboraba con complicidad en sus arrumacos, se dio cuenta de que a nadie pareció sorprenderles su actitud.

Linda la saco de su ignorancia, la rubia resulto llamarse Cinthia y había sido novia de Jake durante cinco años, antes de que él se marchara a continuar sus estudios fuera de Dawson, aunque ya no salían juntos, cada vez que Jake estaba en la ciudad, él y Cinthia parecían volver a reanudar su relación, volviendo a despedirse cuando él se marchaba, los llamaban los amantes sin fin, le comento divertida Linda, antes de alejarse cuando su novio Bill, que resulto ser abogado, la llamo desde el otro extremo de la explanada.

El Padre Marshall había permanecido a su lado casi toda la comida, afanándose en introducirla dentro de su circulo de amigos insistiendo en emparejarla con Matt, el primo de Cinthia que había venido ha visitarla.

Verónica reconocido el gesto del párroco pero no tuvo objeción en mostrarse amable con Matt, en realidad la había caído bien y disfrutaba con su compañía, pero no levantaba ningún sentimiento en ella.

Matt la vio sentada bajo los árboles y tomando dos refrescos fue a reunirse con ella. Su plan era tratar de intimar lo máximo posible con ella para así tenerla controlada más fácilmente.

En los informes ponía que su punto débil era su necesidad de atención masculina en sentido romántico y la verdad que observándola no podía estar más de acuerdo, ningún hombre sentiría ningún romanticismo al mirarla, nunca había conocido a ninguna mujer menos atrayente que ella.

Menos mal que había sido entrenado para fingir sentimientos que no tenia, porque era la única manera de poder cumplir su misión de enamorarla con éxito, ya que de otra manera no se hubiera acercado a ella ni aunque fuese la única mujer sobre la faz de la tierra.

- ¿Puedo? - la pregunto con una sonrisa engatusadora en los labios mientras le tendía el refresco de limón que llevaba, se sentó antes de que respondiera.

Verónica levanto la mirada sorprendida, pero le sonrió con cortesía y tomo el refresco de sus manos, aunque no lo probo, la experiencia le había enseñado a no tomar nada que le ofreciera un extraño y por algún motivo sabia que Matt era un desconocido a pesar de pasar junto él la mayoría del día de hoy.

- Mary da una fiestas estupendas - comento alabando a la anfitriona - pero al cabo de unas horas resultan agobiantes, parece que nunca tienen fin - afirmo buscando su opinión al respecto.

- No lo se, es a la primera barbacoa que asisto - contesto discretamente defendiendo a su anfitriona vedadamente - estando entre amigos el tiempo pasa volando.

- Si, supongo - rectifico reconociendo su error - lo que pasa es que aparte de Cinthia y Robert el resto no son más que caras conocidas. - aseguro con falsa modestia.

- Entonces ya somos dos, a parte del Padre Marshall y la familia Loghan no creo que pueda recordar a nadie más - sonrió serenamente, no queriendo mencionar a Jake específicamente, él no era un desconocido, le susurro una voz interior.

- Somos dos extraños en el pueblo - afirmo categóricamente - ¿que te parece si nos convertimos en amigos? - la pregunto suavemente mirándola a los ojos.

Verónica rió ante su ocurrencia extrañada de que dos hombres guapos quisieran ser sus amigos en menos de 48 horas, pero decidió darle una oportunidad a Matt, si Jake había conseguido hacerla sentir, tal vez con un poco de tiempo Matt también lo haría, no perdía nada por probar.

- Esta bien - le contesto con una enorme sonrisa en la cara - Soy Verónica Duncan - dijo tendiéndole la mano.

- Mattew Smitch - respondió con una mirada de triunfo en sus ojos - encantado de conocerla Srta. Duncan. - tomando la mano que ella le tendía y llevándosela a los labios, para depositar un suave beso sobre ella.

Ambos rieron en voz alta después de las presentaciones y se quedaron conversando un buen rato más bajo los árboles antes de reunirse con los demás.

==========================================


0 comentarios: