jueves, 21 de febrero de 2019

La monja que fingió su muerte por una vida de ‘lujuria carnal’


Una pequeña nota escrita en latín pone al descubierto el escándalo protagonizado por una religiosa del siglo XIV en York.



Un equipo de investigadores ha analizado un pequeño escrito hallado en los archivos de la Universidad de York en el que han descubierto una parte desconcertante de la vida de la religiosa Juana de Leeds. Según los historiadores medievales, la monja del convento de St. Clement de York consiguió fingir su propia muerte en el siglo XIV para disfrutar de una vida de “lujuria carnal”.

En el mensaje, escrito en latín en 1318, el arzobispo William Melton insta a la religiosa a regresar al convento, a la vez que recoge los rumores de que la monja benedictina había caído en “el camino de la lujuria carnal” obviando su compromiso religioso con “imprudencia”. La nota ha tenido repercusión en varios medios de Reino Unido, como The Times y The Washington Post.

El plan urdido por la religiosa

El arzobispo también detalla en el escrito que Juana de Leeds “con la ayuda de muchos cómplices y malhechores, creó con maniquí a la semejanza de su cuerpo” con el objeto de “engañar a los fieles devotos”. Además, dice la nota, “tuvo la desvergüenza de procurar su falso entierro en un espacio sagrado para los religiosos del lugar”.

De este modo, continua el escrito, “de una manera astuta e infeliz, dándole la espalda a la decencia y al bien de la religión”, la religiosa “pervirtió su camino de forma arrogante” y lo reemplazó por el de “la lujuria carnal, lejos de la pobreza y la obediencia”. Asimismo, especifica que rompió sus votos y se quitó el hábito religioso. “Ahora deambula fuera a pesar del peligro que supone para su alma y del escándalo que existe en toda la orden”, se puede leer en la nota.

El caso generó un gran revuelo en la época

Los investigadores están convencidos de que hubo un gran revuelo cuando se descubrió que la monja no estaba muerta, sino que había abandonado el monasterio a cambio de una “vida de indecencia” en Beverley, a 30 millas del convento. Es por este motivo que el arzobispo le exigió que regresara a través de la nota hallada recientemente, en la que muestra su indignación porque una mujer cristiana hubiera actuado de una forma tan “astuta y perversa”.

No obstante, los investigadores desconocen si la religiosa se plegó a las exigencias del arzobispo o bien decidió hacerle caso omiso y seguir con su vida de “lujuria”. Un dato que, según afirma la profesora Sarah Rees Jones (una de las principales investigadoras del proyecto) será casi imposible de averiguar.

Un equipo de investigadores ha analizado un pequeño escrito hallado en los archivos de la Universidad de York en el que han descubierto una parte desconcertante de la vida de la religiosa Juana de Leeds. Según los historiadores medievales, la monja del convento de St. Clement de York consiguió fingir su propia muerte en el siglo XIV para disfrutar de una vida de “lujuria carnal”.

En el mensaje, escrito en latín en 1318, el arzobispo William Melton insta a la religiosa a regresar al convento, a la vez que recoge los rumores de que la monja benedictina había caído en “el camino de la lujuria carnal” obviando su compromiso religioso con “imprudencia”. La nota ha tenido repercusión en varios medios de Reino Unido, como The Times y The Washington Post.


El plan urdido por la religiosa

El arzobispo también detalla en el escrito que Juana de Leeds “con la ayuda de muchos cómplices y malhechores, creó con maniquí a la semejanza de su cuerpo” con el objeto de “engañar a los fieles devotos”. Además, dice la nota, “tuvo la desvergüenza de procurar su falso entierro en un espacio sagrado para los religiosos del lugar”.

De este modo, continua el escrito, “de una manera astuta e infeliz, dándole la espalda a la decencia y al bien de la religión”, la religiosa “pervirtió su camino de forma arrogante” y lo reemplazó por el de “la lujuria carnal, lejos de la pobreza y la obediencia”. Asimismo, especifica que rompió sus votos y se quitó el hábito religioso. “Ahora deambula fuera a pesar del peligro que supone para su alma y del escándalo que existe en toda la orden”, se puede leer en la nota.


El caso generó un gran revuelo en la época

Los investigadores están convencidos de que hubo un gran revuelo cuando se descubrió que la monja no estaba muerta, sino que había abandonado el monasterio a cambio de una “vida de indecencia” en Beverley, a 30 millas del convento. Es por este motivo que el arzobispo le exigió que regresara a través de la nota hallada recientemente, en la que muestra su indignación porque una mujer cristiana hubiera actuado de una forma tan “astuta y perversa”.

No obstante, los investigadores desconocen si la religiosa se plegó a las exigencias del arzobispo o bien decidió hacerle caso omiso y seguir con su vida de “lujuria”. Un dato que, según afirma la profesora Sarah Rees Jones (una de las principales investigadoras del proyecto) será casi imposible de averiguar.


“Desafortunadamente, y aunque es muy frustrante, no sabemos qué pudo suceder con ella. Hay bastantes casos de monjes y monjas que abandonaron su monasterio y de los que no sabemos nada”, ha declarado la experta a The Times. Este pequeño escándalo eclesiástico se enmarca en el proyecto de digitalización de los registros preservados por William Melton, que fue arzobispo de York entre 1317 y 1340.

Los investigadores desconocen si la religiosa se plegó a las exigencias del arzobispo



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