jueves, 27 de septiembre de 2012

“La Novia Olvidada” Capitulo 6

CAPITULO 6

Emma no dudo ni un momento en tomar su brazo y juntos comenzaron a caminar adentrándose por los caminos, mientras se alejaban de la casa y ocultándose así en la penumbra de la noche donde los ojos indiscretos de los invitados a la fiesta no pudieran observarlos.

- ¿De que podríamos hablar mientras paseamos? - pregunto Emma rompiendo así el cómodo silencio que había caído sobre ellos.

- De lo que usted diga - le respondió sonriéndola calidamente - ¿Qué propone?

- Uhh, déjeme pensar - su corazón se había saltado un latido al ver su sonrisa, tuvo que obligarse a tranquilizarse antes de responderle - ¿de que pueden hablar un hombre y una mujer mientras pasean por el jardín en medio de la noche?

Marcus no pudo reprimir las ganas de reír que tenia y dio rienda suelta a su alegría.

- A ver podríamos hablar de…. ¿política? …. No - descarto automáticamente Emma - ¿finanzas? ….. Tampoco…. Uhm ¿de relaciones entre un hombre y una mujer? …. No seria apropiado - se toco la nariz dando más énfasis a su estado cavilativo - Ya esta, de moda, ese es un tema bastante apropiado para la ocasión, ¿no le parece? - y se volvió a mirarle mientras esperaba su respuesta.

Marcus la miraba atónito, política, finanzas, relaciones y finalmente moda, esa mujer no dejaba de sorprenderle y muy agradablemente, tuvo que reconocer para si mismo.

- Muy bien hablemos de moda - acepto sonriente mientras se perdía en sus grandes ojos grises que le observaban.

Emma se obligo a apartar su mirada y fijarla en el frente del camino y se lanzo a una conversación insustancial sobre la tendencia de la moda en Londres, tan distinta a la de la campiña inglesa.

Marcus estaba embelesado en el sonido de su voz y aunque el tema no le importaba lo más mínimo, participo esporádicamente en la conversación, con tal de poder seguir escuchando el sonido melodioso de su voz, sin darse cuenta habían alcanzado el extremo más alejado del jardín y un muro de piedra les impedía seguir avanzando.

Emma se apoyo en el muro, quedando así enfrente de él, levanto lentamente la cabeza para poder mirarlo a los ojos en silencio.

Marcus se apoyo en un árbol cercano.

- Dígame que piensa de la reforma penitenciaria que se esta debatiendo en estos momento en el parlamento - la pregunto arbitrariamente, buscando otro tema de conversación.

- Que es una reforma necesaria, es totalmente inadecuado como tratan a las reclusas en Newgate - exclamo airadamente Emma comprometida totalmente con la causa, lo que les llevo a debatir el tema en profundidad.

De nuevo el silencio se implanto sobre ellos y Marcus volvió a proponer otro tema, en este caso financiero.

Cuando el silencio volvió, Marcus se incorporo y se acerco a ella, poniendo un brazo sobre un lado de su cabeza, se recostó sobre ella sin llegar a tocarla, pero inmovilizándola en el sitio donde se encontraba.

- Ahora la toca a usted, relaciones …. - dijo arrastrando levemente las palabras en tono seductor.

- ¿kamasutra? - pregunto mirándolo directamente a los ojos - hay algunas posturas que no entiendo como pueden ser realizadas.

-¿Cómo cual? - la pregunto Marcus, dando un paso más hacia ella, para quedar a pocos centímetros de su cuerpo pero sin llegar a rozarse.

- Ohh …. La numero 53, por ejemplo … - pero antes de que pudiera continuar exponiendo sus dudas Marcus se apodero de su boca salvajemente exigiéndola una respuesta que ella le entrego con la misma pasión.

Emma sentía que sus rodillas se doblaban y no la sostenían, estaba mareada ante la ola de placer que la asaltaba, cada centímetro de su piel clamaba por ser acariciado de la misma manera que su boca era abordada, sin saber muy bien lo que hacia, llevo sus manos a su nuca y le atrajo aun más cerca de ella, sus pechos se aplastaban sensualmente contra los firmes músculos de él.

Con la misma rapidez que había comenzado, Marcus se alejo de ella, respirando con dificultad y tratando de serenarse se masajeo el pelo, tomo un par de bocanadas de aire y la miro con un deseo anhelante que la dejo sin aliento.

- No puedo hacer esto Lady Emma - Marcus tenia dificultades para encontrar las palabras con que expresar sus pensamientos sin herirla - lo siento, no puedo.

Y admitiendo su derrota giro sobre sus talones y salio de los jardines rumbo hacia la casa.

Emma se quedo allí atónita, sin entender exactamente que había ocurrido, como había pasado de ser besada apasionadamente a ser abandonada en medio de la noche, en la soledad del jardín.

Lentamente obligo a su cuerpo a dirigirse hacia el salón de baile, cuando alcanzo los caminos iluminados se cruzo con algunas personas que la miraban con curiosidad y susurraban entre ellas como si supieran lo ocurrido minutos antes.

Tras vacilar durante unos instantes se dirigió hacia la entrada principal y solicito su carruaje, no estaba en condiciones de enfrentarse a toda esa gente, ni siquiera era capaz de responder a sus propias preguntas.

Tendría que pensar seriamente en ello, pero más tarde, cuando ya no estuviera tan cansada.

- John, llévame a casa - le ordeno al cochero mientras se acomodaba en los asientos y dejaba reposar la cabeza sobre la fría madera, al tiempo que suspiraba cerrando los ojos, tratando de descansar, iba a ser un viaje muy largo.

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