- Cuidado, fíjese por donde va. - Jean, salía de su coche cuando fue prácticamente atropellado, por un montón de bolsas de papel con comida.
La muchacha al oír la advertencia se detuvo en seco, la verdad es que no podía ver nada con tantos bultos, trastrabilleo al detenerse y sintió como se deslizaban entre sus dedos los paquetes, se agacho a recogerlos, al levantar la vista vio unos ojos negros como el azabache que la miraban con furia.
- Lo siente, - se disculpo con el desconocido - no podía ver demasiado y me asusto su grito.
- Siento haber gritado, lo mismo si me hubiese callado me habría evitado con facilidad.- sus ojos adquirieron una chispa de humor que hipnotizaron a Cat.
- Vivo aquí mismo - dijo señalando la casa de dos plantas que había a su espalda - si pasa un momento podría limpiarse un poco .- era lo menos que podía hacer después de ver como habían aterrizado los huevos en la pechera de su pantalón.
- No es necesario, gracias - se agacho a recoger las cosas que faltaban y cargado de bolsas se dirigió por el sendero hacia la puerta de la casa que había señalado la joven.- Pero voy a ayudarla a entrar todo estos antes de que se lo tire a alguien más. - comento con humor.
Cat lo siguió con cierta renuncia, no acostumbraba ha dejar entrar ha desconocidos en su casa, cuando estaba abriendo la puerta apareció Marina, su vecina.
- Hola Cat. Parece que has comprado para todo un regimiento - dijo al ver todas las bolsas que transportaba - Hola Jean, no te esperábamos hasta mañana.
Cat, entro directa a la cocina y con el codo despejo la mesa, la tranquilizaba saber que Marina conocía a ese hombre.
- Gracias por ayudarme. Soy Catherine Smhit.- dijo extendiendo la mano que antes limpio en sus pantalones vaqueros.
- El es Jean, mi hermano - dijo Marina antes de que pudiera responder el interesado. - ¿Cómo es que has comprado tanta comida?, no pensaras dar alguna fiesta.
- No - dijo riendo al ver como su amiga miraba extrañada las bolsas - me boy ha tomar unas vacaciones.
- Eso me huele mal .- estaba empezando a preocuparse, hacia tres años que la conocía, aparte de un par de días nunca estaba en casa más tiempo, no recordaba que se hubiera tomado unas vacaciones antes - Tiene algo que ver con la visita al médico que has hecho está mañana.
Cat no deseaba hablar en ese momento de su visita al doctor, pero sabia que su amiga estaba preocupada y no esquivaría fácilmente sus preguntas.
- Si, me ha dado unas vacaciones forzosas - intento dar un sonido alegre a sus palabras pero sabia que no lo había conseguido - Más bien me dio un ultimátum, o descansas un par de semanas o al finalizar ese tiempo te encontraras criando malvas. - cito las palabras exactas del doctor, imitando su voz - a si que considerando las dos ofertas he decidido descansar.
Marina veía como colocaba las compras en los estantes de la cocina, sabia que de momento ya la había dado demasiada información, ya habría otro momento para preguntarla.
- Jean estas hecho un asco - recorrió con la mirada las manchas de sus pantalones. - Anda vamos a casa, podrás ponerte unos pantalones de Sean mientras lavo los tuyos.
- Gracias, hermanita.- contesto saliendo de la cocina, Cat alcanzo a oír sus últimas palabras - pero he traído mi propia ropa, me boy a quedar unos días por aquí.
No sabia porque pero saber que le vería de nuevo le causo una sensación de anticipado placer. Por la ventana de la cocina vio como se alejaban hacia la casa vecina, se alejo y dejándose caer sobre una silla, escondió la cara entre las manos, no sabia como afrontar lo que la había contado el médico, se levanto despacio y fue hacia el teléfono.
- Mama, hola soy Cat.
- No es necesario que te identifiques, solo tengo una hija - dijo bromeando.
- Mama, ¿Como estas'? - empezaba arrepentirse de haber llamado.
- Bien, cariño, ¿donde estas? - pregunto.
- En casa, he decidido tomarme unas vacaciones.
- Estupendo, ya era hora de que te decidieras. Trabajas demasiado, siempre viajando de un sitio para otro. - exclamo contenta.
- Bueno, si necesitas algo, estaré en casa durante las próximas dos semanas .- no iba a contárselo, solo lograría preocuparla.
- ¿Y porque no vienes aquí? .- pregunto extrañada ante la idea de su hija sobre pasar sus vacaciones en Madrid.
- No mama, aquí puedo descansar igual.
- Como quieras, - algo no andaba bien, lo presentía .- Bueno, cariño, tengo que colgar se me va a quemar el pastel de moras que estoy haciendo. Si cambias de parecer avísame.
- No cambiaré de opinión.- corroboro - Hasta luego mama.
¿Porque habría llamado?, ahora se sentía peor, no le gustaba mentir a su madre y definitivamente no le había dicho toda la verdad.
No estaba de muy buen humor, después de haberse enfrentado a Simón, ya sabia que había un viaje ha Taiwán para mañana, pero ella no podía ir como estaba previsto, había más chicas en la agencia capacitadas para ese viaje.
Tenía un dolor horrible de cabeza, llegaría a casa, después de darse una ducha rápida para despejarse del calor que hacia en la ciudad en pleno mes de Agosto, se tomaría un par de aspirinas y se tumbaría al sol en la piscina.
Vio el coche aparcado en la puerta del garaje, era el de su madre, ¿que hacia allí?. Se dirigió a la casa de al lado en lugar de a la suya.
- Hola, de nuevo - dijo al ver a Jean - Me preguntaba si por un casual no estaría mi madre aquí.
- Hola, me temo que esta en el jardín con Marina .- bajando el tono de voz - Llevan un par de horas descabellando a alguien. - y soltó una carcajada que causo un efecto extraño en el organismo de Cat.
- Gracias. - comento, devolviéndole la sonrisa. - Si me permites, creo que me uniré a ellas antes de ser su próxima victima, si no lo he sido ya.
- Me temo que ya lo has sido. - dijo caminando junto a ella por el pasillo hacia la parte posterior de la casa.
- Mama, - estaban en el porche sentadas en cómodas tumbonas, bebiendo limonada .- que alegría me da verte.- dijo agachándose para depositar un beso en su mejilla.
- Hola cariño, - saludo, besando a su vez la mejilla de su hija, estaba pálida y bastante más delgada que la ultima vez que la vio, podía sentir que algo no marchaba bien .- Ya que no quisiste venir a Ruidera ha pasar tus vacaciones, decidí venir yo aquí.
- Para que te has molestado.
- Hace mucho tiempo que no te veo, - dijo mirándola directamente a los ojos - Así que considere que era tiempo de pasar una temporada juntas.
- Me alegro de que hayas venido, mama.- dijo volviendo ha besarla en la mejilla .- Si has terminado tu refresco podemos irnos a casa.
- Me parece una sugerencia maravillosa, así me podré quitar esta ropa tan arrugada del viaje.
- Vamos hacer una barbacoa, para comer en el jardín. - intervino Marina - Como me imagino que no tendrás nada preparado. ¿Porque no os unís?.
- Estupendo, Marina, - Cat nunca había sido buena cocinera - deslizaremos el muro y podremos unir los dos jardines .- deslizo la mirada por el patio, exactamente igual al suyo .- A propósito ¿donde están esos diablillos que tu denominas hijos?.
Marina soltó una carcajada suave ante la pregunta de Cat, sino supiera que los quería con locura se ofendería por el comentario.
- Se han ido con su abuelo al Zoo. Pero volverán a tiempo para la comida.
Cat y Marta se dirigieron a través del jardín a la casa de al lado.
- Mama, dame las llaves traeré tu equipaje.
- Gracias hija, me muero por darme una ducha y cambiarme de ropa.
Cat se dirigió al aparcamiento, metió los dos coches en el garaje, no se creía que su madre hubiera ido a pasar sus vacaciones con ella , pero se alegraba de tenerla allí, tendría que contarle lo de su enfermedad y cuanto antes lo hiciera mejor para todos.
sábado, 6 de septiembre de 2008
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